Bienes comunes de la humanidad
La semilla-cosecha de alimento. La semilla- bosque. La semilla-rastrojo (ojo al rastro de la vida presente en el rastrojo). La semilla-agua. La semilla-identidad cultural, local, comunitaria; Salvaguarda y patrimonio de la vida de un territorio y de toda la humanidad
Las semillas son vida, belleza, medicina, golosina, vestido y abrigo para los micro y macro organismos, animales y humanos.
Las semillas son fuente de esperanza que constantemente germina,
Son el vestido que cubre el planeta, nuestra Casa Común. Son determinantes para la regeneración y conservación de la vida en el planeta y también para el equilibrio ecosistémico. Son de vital importancia para la alimentación humana y animal. Por todo lo anterior, la preservación de las semillas es un deber fundamental de la generación actual.
Ser custodia y guardián de semillas es una labor de conciencia, colmada de paciencia, constancia, dedicación, vínculo territorial y esperanza. Un custodio y una guardiana de semillas
son recursivos, afectuosas de su trabajo, dignos, creativas, generosos, curiosas, abiertos a las diferencias y conocimientos, y dispuestas a todos los aprendizajes.
La crianza de las semillas es un proceso cuidadoso en cada uno de sus pasos: sembrar, cultivar, cosechar, secar, clasificar, seleccionar, almacenar, empacar y embalar las semillas. Hasta que llega a un nuevo custodio o custodia y la comunidad repetir el ciclo, con sus conocimientos propios. Al cuidar una semilla se está conservando la biodiversidad.
El cambio climático ha puesto a prueba el ingenio de las semillas y sus cuidadores/as para adaptarse a condiciones extremas. Y allí, las Casas de semillas localizadas en resguardos, comunidades, pueblos de todo el país, contribuyen a la recuperación y conservación de especies locales o aquellas que han sido naturalizadas.
Las semillas naturalizadas son las plantas no nativas de un ecosistema que encuentra las condiciones propicias para su desarrollo y reproducción llegando a ser tan resistentes y rústicas como las nativas.
Una semilla puede estar dormida dentro del suelo por mucho tiempo, incluso años. Y cuando encuentra las condiciones favorables —un suelo fértil, un clima apropiado, una humedad adecuada— ¡comenzará su germinación, para dar origen a una nueva planta. Es la forma natural de preservación de semillas.
Consejos para realizar la custodia de semillas libres y limpias
- La siembra se debe hacer en lotes amplios donde puedan desarrollarse y polinizarse un buen grupo de plantas con la amplitud suficiente para desplegar sus raíces.
- Las plantas seleccionadas para semillas deben ser vigorosas, bonitas y cumplir con los parámetros de su especie.
- La semilla debe ser cuidadada con esmero proporcionándole muchos nutrientes y manteniéndolas alejadas de insectos dañinos.
- Se debe procurar secar la semilla en la planta, luego separarlas del fruto o vaina y dejarlas secar en un lugar oscuro y fresco.
- Recolectarlas entre las 10:00 am y las 4:00 pm, preferiblemente en un día soleado
- Evitar cosechar en días lluviosos o cuando la planta esté húmeda.
- Si la semilla posee corteza carnosa o está envuelta en algún mucílago es recomendable lavarla y dejar secar
- Guardar en sobres o bolsas de papel o en tarros de vidrio debidamente etiquetados.